Aunque el festival comenzaba el viernes, salimos de
Sevilla el miércoles por la noche, y tras un largo viaje llegamos a Benicassim
una hora antes de que abrieran las taquillas donde recogeríamos las pulseritas
que nos daban acceso a la zona de acampada. Una vez conseguidas, nos dispusimos
a montar nuestro Campamento Base. Hay que decir que tanto las instalaciones
como el personal encargado de atender al público, fueron excepcionales. Las
duchas, los baños con papel, la zona de con bar y sus innumerables enchufes
para recargar los móviles, y la zona de consigna, atención médica y atención al
público, con todas las personas que lo hicieron posible, hacían que los que
allí nos encontrábamos nos sintiésemos como en casa. Incluso la zona de
acampada tenía montada una serie de toldos que nos salvaban de las horas en las
que el sol apretaba.
A media mañana ya lo teníamos todo instalado, por lo que
nos dividimos en dos grupos, los que queríamos disfrutar de las playas y el
resto, lo que nos hizo comprobar la maravilla de las costas castellonenses, muy
próximas al camping y bien comunicadas, así como recargar pilas para disfrutar
del finde que nos aguardaba. Tras una noche de fiesta a lo “Campamento de
verano”, con juego en grupo incluido, nos fuimos a descansar, para a la mañana
siguiente volver a aprovechar las horas libres remojándonos en las playas de
Benicassim.
Y por fin dio comienzo el tan esperado festival, ya
habíamos podido ver el cartel que habían puesto impreso en lona junto a la
puerta del acceso al camping, muchos eran los grupos que se pisaban, algunos de
diferentes estilos, y otros similares, lo que provocó tener qué decidir cuáles
ver completos y cuales ver a trozos. Al entrar en el recinto encontramos cuatro
escenarios, el “Costa de Fuego” que albergaba los cabezas de cartel, el “Black
Bikini”, el “Jack Daniel’s Stage” que fue el único escenario cubierto y con un
aforo limitado que obligaba a ver algunos conciertos desde el exterior, cuyo
suelo temblaba al son de la batería y los saltos del público, y el “Escenario
Red Bull Tour”, un autobús en la zona de césped que invitaba a ver los
conciertos mientras se cenaba algo a modo de descanso. El recinto también tenía
zonas de restauración, tiendas con ropa, accesorios y stands de arte, e incluso
su propia atracción de feria, zona de baños, zonas de descanso, VIP y de
Prensa, acceso a minusválidos con gradas y una carpa de atención médica.
A las 18h abrían el escenario Costa de Fuego el grupo We
are de Ocean, y Dry River el Jack Daniel’s Stage, tocando temas como “Pequeño
animal”, “Quédate un rato más” y “La mujer del espejo”, ambos conciertos de
media hora de duración. Aún hacía calor, por lo que la afluencia de público fue
baja, sobre todo porque abrieron las puertas poco antes y no había dado tiempo
de que entrase todo el mundo, y claro está siempre están los renegados que
prefieren oír de lejos a los grupos que no van explícitamente a ver.
Continuamos con los madrileños Steel Horse, V3ctors y Amorphis, destacando su buen sonido en directo y su feeling
con el público. Simultáneamente tocaron Your Dense, OST
y Cerebral. Con Satyricon la temperatura comenzó a bajar, notándose el
aumento de público, y dando un espectáculo de headbanging continuo.
Veinte
minutos después comenzaron los manchegos Angelus Apatrida que tocaron temas de su último trabajo “The Call”,
aunque al principio tuvieron algunos fallos con el sonido, tanto la banda como
el público estuvieron muy volcados en el directo, haciendo ver por qué son un
grupo puntero de nuestro país.
Poco más de las nueve y media comenzaban El Páramo y Guadaña, aunque teniendo que competir con dos grandes, tuvieron poca afluencia
de público, al cual también se le vio correteando de un escenario a otro para
poder disfrutar de algunas de las canciones de ambos grupos.
Barón Rojo hizo su
entrada en escena muy tranquila para como fue increccento a lo largo del
concierto, con temas clásicos como “Satánico plan”, “Barón vuela”, “Cuerdas de
acero” y “Los rockeros van al infierno”, demostrando que aún son capaces de
seguir el ritmo de los más jóvenes.
A las nueve menos veinte daba comienzo el espectáculo
guiado por los asturianos WarCry, que
comenzaron con el tema “Alma de Conquistador”, haciendo un repaso por su
discografía con temas como “Nuevo mundo”, Cobarde”, “Ardo por dentro”, “La
vieja guardia”, “El guardián de Troya” y finalizando con “Tu mismo”, tema
clásico en sus conciertos, y cerrando con “Capitan Lawrence”, temas coreados
por los asistentes por ser bien conocidos por todos. Aunque la cabeza del grupo
es sin duda Víctor García, hay que reconocer que Pablo es quien más emociona al
público, con su derroche de simpatía y técnica musical, marcándose punteos de
vértigo y animando tanto a los asistentes como a su equipo.
A la once en punto teníamos a los valencianos UzzhuaÏa en la carpa, a pesar de tener que competir con
grandes grupos, su público tenía claras sus prioridades, ya que el recinto
estaba casi en aforo completo y con gente fumando en las zonas exteriores
colindantes. Tocaron temas habituales en sus setlist como “13 veces por
minuto”, “no quiero verte caer” y “Baja California”, Pablo Monteagudo pidió a
los asistentes que se agacharan para romper con los acordes de “La mala
suerte”. Al llegar al tema “Cuando ya no quede nada” el numero de asistentes
disminuyó ya que en otro escenario comenzaba Obus, pero aún así, Pable siguió motivando a un público
con ganas de disfrutar de un buen concierto. En concierto llegaba a su fin con
“Nuestra revolución”, y con una lluvia de regalos, entre ellos camisetas, púas,
bauquetas y algo que sorprendió gratamente a todos, unas tarjetas recortables
con el logo del grupo y cuatro púas con las fotografías de lso componentes, uno
de los obsequios más cotizados del festival, ya que tanto su formato como su
diseño los hacían muy carismáticos.
A las once y cinto daba comienzo Obus en el escenario Costa de Fuego, aunque al principio
el humo asfixiaba a las primeras filas, conforme fue avanzando el espectáculo,
fueron muchos los que se divirtieron con el buen coreando himnos y disfrutando
con el espectáculo del cantante. Veinte minutos después comenzaban Paradise
Lost repitiendo el setlist del Sonisphere,
aunque mejorando su interpretación a pesar de los problemas vocales de Nick
Holmes.
A las doce menos diez se presentaba un fuerte dilema,
asistir a los míticos Guns’n’Roses o a
la maravillosa voz de la italiana Cristina Scabbia, el concierto de los
primeros estaba previsto que durase tres horas, mientras que el de los
italianos Lacuna Coil tan sólo
lo sería de una hora, así que optamos por los segundos.
Los italianos tocaban en el escenario Black Bikini, que a
pesar de coincidir con los míticos, estaba bastante lleno. Nos sorprendieron
con un repertorio variado de temas, comenzando con “I Don´t Believe In
Tomorrow”, perteneciente a su nuevo álbum "Dark Adrenaline" seguida
de “I Won´t Tell You”, “Kill The
Light” también de su nuevo trabajo en el que nos encontramos con un sonido muy
moderno, con un contraste entre las dos voces, la femenina y lírica
de Cristina y la masculina
de Andrea, la conocidísima “Heaven´s a Lie” de su álbum "Comalies" y
con la que lo dimos todo , la también conocida “Our Truth” y con la que Cristina
Scabbia nos dejo extasiados escuchando su voz, “Upside down” de su ultimo
trabajo muy potente, destacando el bajo y la batería, “Fragile” con un sonido
casi perfecto que les acompaño durante toda su actuación con ellos moviéndose bastante por el
escenario sobre todo Andrea,”Swamped” también uno de sus clásicos, “Trip the
DarKness” single de su último trabajo, con un sonido potente y moderno en él se
aprecian los nuevos aires que su estilo a tenido en este disco, finalizando con
“Spellbound” de su álbum "Shallow Life" con el que nos dejaron muy
contentos pero con ganas de más. Su entusiasmo y agradecimiento estuvieron
presentes durante todo el show, llegando a agradecer que estuviéramos allí a
pesar de la simultaneidad de conciertos. Se notaba una gran compenetración
entre los integrantes, y el feedback del público, incluso cuando Scabbia
comenzó a hacer gorgoritos para que los repitiésemos y nos “coló” el estribillo
del “Bad Romance” de Lady Gaga, que todos seguimos, al verla reírse, fuimos
conscientes de lo que habíamos hecho y todo el aforo rompió en risas y
aplausos, nos la había colado bien. Personalmente, fue uno de los mejores
conciertos del festival, al comunicarnos que tenían previsto volver en
Noviembre a más de uno nos dio ganas de ir comprando ya los billetes para ir a
donde hiciera falta. Pero todo termina, y tras despedirse, una marea negra se
dirigió hacia el escenario principal a ver a los G’n’R.
Una de las ventajas del escenario Coste de Fuego era el
suelo, que simulaba una especia de valle, había una suave inclinación desde los
extremos hacia la valla que separaba el foso, lo que facilitaba muchísimo la
visión, siempre y cuando no tuvieras una mole de dos metros delante, por lo que
salvo que quisieras ver el concierto en primera fila, se veía todo el escenario
desde cualquier punto. Al haber coincidido con otros grupos grandes, la gente
al ir terminando, se apiñaba en el lado izquierdo del escenario, por lo que
rodeamos el tumulto de gente por detrás hasta llegar al lateral contrario, donde
había mucha menos gente al principio, como es lógico, una media hora después,
sobre las dos y media, daba igual desde donde lo viésemos, estaba todo lleno.
Sin embargo, en el escenario había varias pantallas y pedestales a los que se
subían tanto Axi como los músicos. Quizás porque muchos esperábamos más o
porque esperábamos grandes temas, o porque en la distancia habíamos oído el
“Welcome to the Jungle”, nos llevamos un chasco al ver el espectáculo que
dieron. Abundaron los solos, las versiones y los cambios de vestuario de Axi,
sin embargo, tras el subidón de los italianos, el espectáculo de los míticos se
nos hizo pesado, aburrido y en definitiva desmotivador. El público se fue
marchando a otros escenarios o al camping. Quizás nosotros deberíamos haber
hecho lo mismo, haber aprovechado para ver a grupos como The computers o Killus, y probablemente no habríamos regresados con esa desagradable
sensación de haber perdido la oportunidad de disfrutar de aquella primera noche
de festival. Aguantamos aquello como quien escucha música de fondo en un bar,
prestando más atención al contraste de la gente que se lo pasaba muy bien,
quizás por el consumo de alcohol, con la gente que se aburría y se iba.
Abundaban las malas caras y el desengaño.
Tras aquello no teníamos ganas de ver a nadie más y nos
volvimos al camping. Por el camino casi todo eran comentarios negativos, tan
solo un pequeño grupo iba pletórico, feliz por el gran conciertazo que habían
dado. Muchos nos preguntamos si no sería que se habían equivocado de escenario
y creían haber visto a otro grupo. Aún así, nos mantuvimos despiertos en
nuestro Campamento Base casi hasta el alba.
Una vez recuperadas las fuerzas, nos volvimos a seguir
disfrutando de las calas de Benicassim, para una vez más retomar el cartel del
sábado con más ganas que nunca. Ya se nos había pasado la decepción de la
cabeza de cartel del viernes, y esa noche tocaba el aclamado Manson, prometía un espectáculo digno de ver y recordar,
lástima que nos lleváramos otro chasco, pero aún no destriparé esa parte.
El primer concierto del sábado fue en la carpa, con The
Tractor, aunque el calor del recinto no
animaba mucho. Media hora después, comenzaron a la par Noctem caracterizados para la ocasión con su estilo de
Metal Extremo siniestro, destacando especialmente la velocidad de cambio y los
ritmos de su últmo trabajo “Oblivion”, y Feed the Rhino. Otro de los grupos que dio la nota fueron los
madrileños Adrift que aunque con
poco público, no dejaron insatisfecho a nadie, con voces sucias, temas variados
y rápidos.
In Flames eran
otros de los esperados esa tarde, estuvieron de lujo como suele pasar, no se
notó a penas que habían reemplazado a Jesper (el guitarrista original), el
nuevo demostró haberse adaptado perfectamente, se echaron en falta algunos
clásicos, pero la elección del setlist fue muy acertada, abrieron con “Cloud
connected”, continuando con “Trigger”, tocando también temas como “Only for the
weak” y rematando con “Take this life”, temas obligatorios sus últimos
conciertos, con algunos temas del nuevo disco. Como detalle a destacar fue el
“préstamo” de una cámara compacta de un fan de la primera fila, con la que
hicieron un video entre los componentes del grupo y a los fans, tras lo que el
dueño no sólo recuperó su cámara sino que se llevaba un importante souvenir del
festival. Los temas elegidos fueron en general muy movidos, por lo que los
únicos descansos que hubo en la hora que duró, fueron las palabras de Anders.
Aunque se echaron de menos algunos temas, hay que decir que estuvieron a la
altura de sus seguidores.
Los navarros Berri Txarrak coincidieron con los suecos, pero también fueron capaces de atraer a
un público considerable con su rock en euskera. Para los que los veíamos por
primera vez, fue muy motivador ver cómo se formaban los pogos en los momentos
más movidos y como eran muchos los que balbuceaban sus letras.
Ya eran casi las diez cuando al escenario principal
salieron Nightwish, para quien habíamos
conocido al grupo con Tarja, ver al grupo hace cuatro años con una Anette
popera e incapaz de llegar a los tonos, nos había supuesto una decepción
enorme, sin embargo, al salir al escenario, he de reconocer que al menos a mi,
me sorprendió gratamente. Tras el cambio de cantante, los nuevos discos habían
pasado inadvertidos para muchos, pero ver a la nueva Anette, lo cierto es que
motivó bastante a volver a actualizar la discografía del grupo. Para empezar,
la estética de la chica ahora era mucho más acorde con la del grupo, había
cambiado su faldita vaquera y sus botines por un conjunto negro con calzado
oscuro, se había quitado ese peinado modernito que chocaba con la larga melena
de Marco. Pero sobre todo, lo más importante es que ahora sí llegaba a los
tonos, su voz ha mejorado considerablemente y ahora las canciones son para
ella, además, se nota que han pasado tiempo juntos, ahora si hay compenetración
entre los integrantes del grupos, y eso, mejora mucho la calidad de su
espectáculo, sobre todo si lo sumamos a los juegos de luces y la pirotecnia,
tanto por las llamaradas rojas como por los fuegos artificiales que no salieron
del escenario al concluir. Abrieron con “Roll Tide” y continuaron con temas
nuevos y antiguos como “Storytime”, “Wish I Had an Angel”, “Amaranth”, “I Want
My Tears Back”, nos hicieron recordar e incluso echar de menos a Tarja con
“Nemo”, y cerraron con “Imaginaerum”.
Tras apagar las luces, faltaban tres cuartos de hora para
la llegada del Reverendo, y fuimos muchos los que aprovechamos para ir a comer
algo, y ahí es donde entra en escena el Bus de Red Bull, donde a esa hora
estaban los catalanes Ankor, otra
sorpresa, la cantante había cambiado de estilismo, perdido unos kilitos y
mejorado mucho la voz, ya no era la gritona que vi por primera vez en Madrid
hace más de tres años, ahora cantaba en inglés, con una voz melódica y mucho
más hermosa, sin la necesidad de elevarse por encima de las guitarras. Sólo
tocaron temas de su nuevo disco
Reborn, aunque he de confesar que eché en falta algunos de los temas anteriores,
y para sorpresa de todos, tocaron un versión presentada como “no hace falta que
os digamos que tema es…” y efectivamente, no lo hizo, al oír lo primeros
acordes ya todos sabíamos que se trataba de “Chop Suey”.
A la vez también
tocaban Dünedain a pocos metros
en la carpa de Jack Daniel’s, pero solo pudimos ver un par de temas antes de
salir a la carrera para no perdernos a Manson, que prometía un espectáculo de los suyos, incluso
avisaron de que podía escupir y al personal de seguridad le dieron unos
chubasqueros amarillos.
Comenzó diez minutos tarde, con un gran telón negro que
ocultaba el escenario, y entre los asistentes se veía el nerviosismo, las ganas
de que comenzase, muchos eran los que iban maquillados como su ídolo, lo cual
tenía mérito, porque llevaban con la cara embadurnada y los trajes de vinilo
negro desde la apertura de las puertas de aquella tarde. Por fin salió Marilyn Manson,
con una máscara y la cara pintada, el tema elegido para dar comienzo fue “Hey,
Cruel World”, “Disposable Teens” y “The Love Song” dieron paso a su último
single, “No Reflection”. Entre canción y canción, los “pipas” se tenían que
dedicar en volver a poner las cosas en su sitio, tiró un par de focos, el micro
y poco más, el tema "Rock Is Dead" lo cantó con una boa de plumitas
rosa. Uno de los momentos más “bonitos” fue con "Coma White/Coma
Black", donde una intensa lluvia inundo el escenario iluminado de azules y
rojos, creando un ambiente hipnótico que provoco la ovación del respetable. En
general, el concierto fue bien, pero el espectáculo, muy soso, no era lo que
esperábamos, y como ya he dicho antes, fue el segundo chasco del festival, no
hubo sangre ni nada realmente ruborizante, a no ser que se quiera considerar
como algo prohibido y maligno que arrancara y se comiera alguna página de la
Biblia durante el tema “Antichrist Superstar" subido al antiguo atril de
la gira que le dio nombre. Esta claro que no le habríamos perdonado la ausencia
de temas como “Sweet Dreams" y "The Beatiful People", terminado
con este el concierto de hora y media que hubo a quien nos dio sueño y quien lo
vivió como si no hubiese un mañana, pero que a todos nos dejó con muy buen
sabor de boca, hasta el punto de que en ese momento no nos importó haber tenido
ganas de irnos o de cortarnos las venas, ni siquiera que nos dijera de todo
menos “guapos” y que tuviéramos relaciones íntimas no deseadas por haber
asistido a su concierto justo antes de desaparecer del escenario, bueno, al
menos en eso no defraudó, tenía que tener su coronación cariñosa.
A la vez tocaron Opeth, que salieron al escenario con muchos temas de su nuevo trabajo
“Heritage”, bastante melódico, como gran parte de su directo, que fue bastante
lento salvo por algún tema más cañero casi al final, pareció que se dieron
cuenta de que su público se dormía.
A las dos menos veinte salían los madrileños Hamlet, con un Molly pletórico que buscaba despertar a un
público cansado tras tantas horas y tantos conciertos, el festival estaba
llegando a su fin, y se notaba en el ánimo de los asistentes. No faltaron
carreras, saltos, corros e himnos, así como canciones de protesta y ánimos por
seguir luchando. Hamlet venía revolucionario con ansias por quitarse las
cadenas y de involucrarse con el público, Molly incluso saltó al foso para
poder estar más cerca de sus fans. Nos hicieron recordar temas antiguos como
“Antes y Después”, “Denuncio a Dios”, “Habitación 106” , “Egoísmo” e
“Irracional”. Aunque los madrileños sólo estuvieron sobre el escenario una
hora, les dio tiempo de levantar el ánimo a todos los presentes.
Desde MetalSevilla queremos felicitar a MaraWorld por la
buena organización del festival, estando seguros de que se convertirá en un
referente como ya han hecho con el FIB, pero en esta ocasión con el mejor
Metal. Esperamos que el próximo año el cartel sea mucho mejor, aunque será
difícil, pues se han puesto el listón muy alto con este primero, todo hay que
decirlo, pero eso si, confiamos en que cuadrarán mejor los horarios para que no
se repita lo de este año y que grandes grupos de estilos tan similares no se
pisen y hagan elegir a los fans entre unos u otros.
También comentar que aunque no se vendieron todas los
abonos que se esperaban, hubo un aforo de entorno a las 24.000 personas, en su
mayoría españoles, de los que 4.000 estábamos acampados, y fuimos acreditados
70 medios con unos 250 periodistas, dando un balance muy positivo que confirma
la celebración el próximo año de la segunda edición de este festival,
barajándose nombres como AC/DC, Rammstein o Slipknot.
Pero sobre todo, nos quedamos con la sensación eufórica de
querer volver el próximo año y que nos acompañen todos aquellos que en su
momento no quisieron venir y que ahora se arrepienten de no haber venido.
Valoraciones
General: 10 / Cartel: 9 / Horarios: 7 / Organización: 10
Zona acampada: 10 / Equipo humano: 10 / Servicios: 10